Veneno caducado

Veneno caducado

Pobres de aquellos que odian a destiempo,
donde las campanas cansadas
ya están hartas de sonar,
los corazones cubiertos de esmaltes opacos,
tantos abrazos mancos por regalar
y un cúmulo de suspiros sin cesar.

Noches en donde la luna nunca brilla,
las tardes ya no tienen atardeceres que enseñar.

Hoy más que nunca,
el odiar nunca había sido tan barato,
los corajes en vano nunca habían sido tan premiados,
y los cajeros nunca habían sido tan valorados.

Hoy la gente amanece con lunes de hastío,
y cada amanecer parece ser lunes.

Tantas arrugas tatuadas por noches de insomnio,
pareciera que encontrar un alfiler en el mar
fuera más fácil que encontrar amor en cada esquina.

Ahora las caducidades se nos olvidan,
y el eterno rencor lo cargamos sin costo de equipaje.

Será mejor entender
que no hay epitafios con némesis,
ni venenos que no maten.