Por las faenas de la soledad

Por las faenas de la soledad

Por las faenas de la soledad me paseaba,
entre telarañas y colores grises encontré piedras y gritos;
abalanzado por llegar al otro lado del río
caí en el caudal de los recuerdos
y ahí me vi desterrado de la tierra que yo mismo aré.

La almohada que antes recibía mis problemas
hoy me espera en un dos por dos,
paredes que cuentan historias que no son mías.

El amor que perseguí por tanto tiempo huyó a otro puerto,
y aquel al que nunca voltee a ver
ahora me muestra los dientes,
abogado de por medio y un sinfín de firmas.

Hoy me miras en esta tormenta de aguas negras,
sin techo ni brazos donde llegar.
El cuento de nunca acabar;
las puñaladas que sentí por detrás.
Mis lágrimas inundan el cuarto
y ahora, ahogado en problemas,
pastilla a las doce,
atardeceres que ya no lucen como antes,
cuando me montaba en la moto
y me burlaba de lo pequeño que era el mundo.

Acuérdate de mí cuando me hayas olvidado,
que ahí donde me pintes ya no estaré.
De seguro el tiempo habrá pasado
y habrá hecho cambios imposibles de regresar.

La vida que les di hoy me la cobran
a triple precio, día con día:
facturas impagables,
impuestos que harían temblar a Hacienda Vaticano.
Drama, desamor, gris
y la cuenta de todo lo consumido
por pagar.