Me llevas en tu espalda
Descripción de la publicación.
10/4/20252 min read
Me llevas en tu espalda
Me encajé un clavo de Zizou cuando nací,
me estrellé con un muro de Sabina
cuando aprendí al Xbox,
me aventé a un mar de viajes deseados,
algunos cumplidos, otros fantaseados.
Me inventé canciones que solo tú sabrías,
las compuse contigo
desde cierta telepatía.
Me adueñé de unos altavoces
donde se escuchaba Leonard Cohen,
mientras tus dedos escribían en la guitarra
chistes de mis orejones defectos.
Malabareaba el balón
como solo Kaká sabría
y defendía las porterías
mientras tú las chilenas cumplías.
Tuvimos un puente de distancia,
pero cuando lo crucé amanecimos en Perú
y al hermano que nunca tuve
lo conocí en Humantay.
Me educaste como a tu hijo,
me dejé enseñar
como uno de los mejores pupilos.
Consejos con alturas
de diez años más altos que yo;
te empapé de mi inocencia
y hasta el día de hoy
me llegan mares de experiencia.
Tomé un curso de finanzas personales
y el docente tenía tu nombre;
nadie antes me había dicho
que mi dinero quedaría intacto
cuando estuviera yo contigo.
Y sé que si me aviento
del edificio del banco caigo a colchón,
pero tú tranquilo:
aunque no tengo la costumbre
de guardar la ropa si voy a nadar,
siempre me cuido en cualquier lugar.
Consejos de cenicientas
que curaban mi sueño
y me quitaban el insomnio gracias a ti,
educado para saber pensar,
ver y nombrar a una dama.
Recuerdos de oro, mi Ricky Rokz,
faltas administrativas cumplidas,
momentos no eternos, pero sí inolvidables,
brisas que me recordaban
manías tuyas heredadas en mí,
diarios de notas de voz
que hoy están a tope en mi celular,
consejos que al día de hoy sigo necesitándote.
Entender que no somos inquebrantables
y esa es la mejor lección:
saber tomarlo y jugar con él.
Aprendí a respirar los momentos
cuando nos vimos disfrazados
de dos civiles más en Puno
o cuando tomamos el lunch
en Plaza Vosgos.
Instantes que me hacen sentirme realizado
pero también a valorarlos,
porque estos no duran todo el tiempo.
Me enseñaste que la tristeza
es un balde de agua fría,
pero que el corazón siempre debe calentarla,
que los infiernos en efecto
llueven sobre mojado,
pero esos mismos
hacen que el agua te lleve a flote.
El hombre de los mil viajes,
el intenso de la vida,
el carácter bomba,
el que cobra el penal,
el hombre del traje blanco,
el que ha trabajado por tener lo que tiene,
el que me ha enseñado a recitar
lo que hoy en día estoy haciendo.
Por eso y más…
espero encajarme más clavos
de tu vida hacia la mía.