Falta de cesos

Falta de cesos

Me imagino a alguien más haciéndote lo que yo te hacía,
no hablo de los poemas,
hablo de esa pierna en mi mano cuando más te enloquecía.

Te pienso y me dueles,
cuando antes eras mi siempre en todos los lugares que veía.
Me llenas,
me vacías,
me derrites
y me vuelves a llenar.

Ya no sé si es rabia o amor.
Pero este corazón ya no quiere más de tu amor,
de tu sucio y pulcro; mi pasión.

No me hagas pensarte en manos de otro.
Me llevas la mente a lugares donde no quiero mirar.
Me sacas del trabajo
como a un perro que quisiera estar siempre en el mismo jardín.

No me mires con esos ojos cuando te pienso en garras de otro sucesor.
Cuando veo la cama destendida
y el aire que te abraza ya no es el que exhalaba yo.

Ay, mi amor, si yo pudiera darte,
no solo la luna habría de regalarte,
ni tu pecho en mi catre,
ni más jóvenes ni más viejos,
solo arrugas que me sacas de verme tanto al espejo.

Ya me cansé de cansarme.
Me aburrí tanto de tirarte en mis pensamientos que antes usaba para recitarte.

Quiéreme o no lo hagas.
Abrázalo ahí en la cama mientras yo te veo.
Que todo esto es solo un sueño
que me lo creo,
y es lo único que me quedo,
la orilla más pronta para este marinero
náufrago y bendito.

Hoy por la mañana me desperté
y me arranqué del mentón un poco del bello que arrastraba por todo tu vientre.
Me despido de ti cerrando esa puerta
y alejándome de tus gemidos.

Qué bonito lo hacíamos,
que no habrá mejor que con nuestra piel
que llevábamos en los bolsillos.