Debió de haber si un verano

Se sentía como en plena primavera,
cargábamos cortavientos,
se generaba el calor de dos mundos dejando atrás los abrigos,
nos empapamos de amor.

En la primera
nos enseñamos las ganas que teníamos,
a la tercera
las soltamos a pasear,
dos pájaros desfilando al unísono.

Nos movíamos,
y como es de costumbre,
regábamos las gabardinas en el suelo,
está que no llegó a cubrirte
ni un poco de lo que asomaba tu espalda,
ni tus cien lunares
que rayaban tus hombros.

Nos aferramos al contrarreloj,
y cada que la puerta del auto te recibía, embarcábamos a una nueva aventura,
cada segundo pedía tregua a los minutos
les suplicaban quitarle los pies al reloj.

Debió de haber sido un verano,
pero nos tocó en tiempos de invierno,
dos cuerpos que se encuentran
encajan como un parquet de madera,
por aquel donde rodamos aquella noche,
donde los besos arrebataban
un último suspiro de tu cuerpo,

las pestañas que acariciaban las mías,
y tú nariz que se posaba sobre mi barba.

Manejábamos rápido,
tomando traguitos de nosotros.

Tentados al naufragio,
preferimos cargar con salvas,
hoy flotamos juntos
mientras tu cuerpo y el mío solo pasean.

Tentados al naufragio,
soltamos los chalecos
para hundirnos en el mar,
siempre volviendo a la superficie
para volvernos a encontrar.

Tentados al naufragio,
seguimos, y esperamos hacerlo.

Hoy sigo repitiendo
que esto debió de haber sido un verano aquel día que te debí de haber encontrado,
hoy siento un verano en mi corazón,

hoy estamos en el verano, corazón.